Por: Leonardo Rojas Benavides[1]
En esta sección presentamos un resumen del análisis de la Estrategia Nacional de Atención Integral y Educación Inicial “De Cero a Siempre”, llevado a cabo por el profesor Jaime Alberto Castro Martínez como parte de su labor como estudiante de la Maestría en Educación de la Universidad de los Andes.
De acuerdo con el Banco Mundial y Unesco, los programas de desarrollo en primera infancia son considerados el primer paso para la reducción de la pobreza y la universalización de la educación básica. Se ha demostrado que la inversión en primera infancia tiene altas tasas de retorno social tanto para los niños como para sus familias.
En un primer momento del análisis, se muestra la situación actual de la primera infancia en términos de escolarización. Se muestra que en áreas urbanas, tan sólo un 51% de los niños entre cero y cinco años asisten a una guardería, hogar comunitario o prescolar. En áreas rurales este valor disminuye hasta un 33%. En el resto de los casos, los niños se mantienen en el hogar con sus padres o con un pariente. Sumado a esto, cerca del 22% de los niños menores de un año y el 15% entre 2 y 5 años no se encuentran afiliados al sistema de salud, estos valores se agravan en el caso en el primer nivel del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales – SISBEN, en éste caso el 36% de los menores de un año y cerca del 21% entre 2 y 5 años no están cubiertos. Además, las tasas de mortalidad neonatal en Colombia son un poco más altas que las de países con ingresos similares, y aunque se ha ampliado la cobertura para mujeres en periodo de gestación, ésta aún no es completa.
Posteriormente, se describe el programa “De cero a siempre”, bajo criterios de calidad y de cualificación del talento humano. El programa tiene como objetivos principales: garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas en la primera infancia; definir una política pública que oriente al país en materia de sostenibilidad técnica y financiera, universalización de la atención y fortalecimiento de los territorios; garantizar la pertinencia y la calidad en la atención integral a la primera infancia, articulando acciones desde antes de la concepción, hasta la transición hacia la educación formal; y hacer visible y fortalecer la familia como actor fundamental en el desarrollo infantil temprano. La integralidad de la estrategia se expresa a través de tres elementos: la concepción de la niña y el niño y sus derechos, la atención, y la gestión. Esto implica el reconocimiento de los niños como sujetos de derechos, tomando en cuenta sus diferencias individuales y su papel en el desarrollo propio y de su comunidad. Los derechos de los niños deben ser garantizados en los distintos espacios en que se desarrollan, sean espacios públicos o su hogar. La gestión debe darse tanto a nivel del gobierno nacional como de los distintos gobiernos departamentales y municipales. Existen ya comisiones intersectoriales en las cuales se vinculan distintos ministerios para cumplir con las metas propuestas. El ministerio de educación nacional, por su parte, ha comenzado a implementar una estrategia para proveer a todos los niños beneficiarios del programa educación en primera infancia. A su vez se promueve la capacitación de quienes llevan a cabo las labores de atención y cuidado de los niños.
Como tercer punto, se presentan análisis hechos a la propuesta. Estos análisis siguen los elementos planteados en el Informe de Seguimiento y Evaluación a la Estrategia de Atención Integral a la Primera Infancia. El primer aparte analizado fueron los Avances en la cobertura de la población de primera infancia atendida, durante los años 2010 a 2012 las metas propuestas fueron superadas levemente (4,13% con respecto a la línea base de 2010) y un cumplimiento del 100.14%. En cuanto al proceso de transición a la educación formal, el MEN se encuentra diseñando un esquema que haga posibles los cambios que sean necesarios en las instituciones para facilitar éste proceso. Para el fomento de la equidad en el acceso al sistema de atención, el Plan Nacional de Desarrollo de 2010 contempla la necesidad de priorizar aquellas regiones en las que existe un mayor déficit en atención integral a la primera infancia, tomando en cuenta las necesidades particulares de los niños de acuerdo con su contexto. En el tema de la inversión, el informe menciona un incremento en el presupuesto del ICBF, no sólo para ampliar cobertura sino un incremento en el costo per cápita de la atención. La participación familiar se considera fundamental dentro del programa de atención a primera infancia, por lo cual se está implementando el programa Familias con Bienestar, dirigido a familias con niños en primera infancia, que se encuentran en situación de vulnerabilidad y pobreza. Para trabajar sobre la participación y gobernanza, se han realizado 33 encuentros en distintas entidades territoriales, en las cuales se busca acompañar y reforzar las acciones llevadas a cabo por los gobiernos regionales.
Finalmente, se dan algunas conclusiones y recomendaciones sobre el programa. Las recomendaciones giran en torno a los siguientes: Infraestructura, si bien ha aumentado la cobertura, esto requiere adaptaciones en infraestructura para que se pueda responder a las necesidades de los niños que reciben atención. Armonizar el ingreso al sistema educativo formal, es necesaria la generación de modelos curriculares que faciliten la transición de los menores del sistema de educación en primera infancia hacia el sistema educativo formal. Participación familiar, los programas de integración de las familias a los procesos de atención a primera infancia han mostrado una alta efectividad. Si bien se ha comenzado a implementar programas, puede que se requieran políticas más fuertes para lograr ese involucramiento familiar. Participación y gobernanza, el análisis menciona la necesidad de voluntad política para garantizar la implementación de programas que amplíen la cobertura de la atención educativa y privilegien el desarrollo integral de los niños y niñas en primera infancia, lo cual debe plasmarse en reformas legislativas. Cambios culturales, el informe resalta que ninguno de los cambios anteriores es posible si no se logra generar un cambio cultural fuerte en cuanto a la concepción de niño y niña. El principal motivo para la inasistencia a clases de los menores se basa en una concepción errada de lo que el niño puede o no hacer durante la primera infancia. Este cambio cultural debe introducirse a través de programas de cualificación que abarquen grupos poblacionales más amplios.
[1] Asistente del Observatorio de Educación de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano. Investigador en formación con experiencia en temas de política pública y de videojuegos, cognición y educación.
PD: se anexa versión extensa del Boletín con el trabajo del profesor Jaime Alberto Castro Martínez en el vínculo a continuación
TRABAJO FINAL_ESTUDIO DE CASO2-CASTRO Boletín