Por: César Sierra Varón[1]
El profesor Sierra nos muestra en esta columna de opinión su posición sobre la educación superior indígena y la colonización cultural de la que son objeto diferentes pueblos originarios de América.
América Latina es el escenario donde confluyen varios aspectos que generan cambios culturales profundos; aunque allí se mueven otros sub-escenarios, en el escenario general de América Latina es claro que este Continente ha sido el blanco perfecto para que otros tengan la idea de imponer cultura, absorbiendo lo propio de la cultura latinoamericana, no para apropiársela sino para eliminarla e imponer la suya. De esta manera, se observa cómo a través de los años existe una cultura que se intenta imponer a toda costa, una cultura que pretende colonizar al pueblo original latinoamericano.
Son varios los aspectos que convergen en los cambios generados en la cultura latinoamericana. América Latina está marcada por grandes procesos de cambio a diferentes niveles (el político, el económico, el socio-cultural) que conllevan a la generación de perspectivas particulares y trascendentales. Tales perspectivas impactan de una manera fuerte en la cultura y la sociedad latinoamericana; un ejemplo de esto se encuentra observando cómo a través de la Historia se han absorbido las características propias del sujeto latinoamericano (identificado en este artículo como el sujeto indígena) para ser eliminadas o cambiadas según los intereses de otros. Son estos otros quienes deciden qué es lo que le conviene al original, al indígena latinoamericano.
En este sentido, nos encontramos con un escenario particular, en el cual también se presentan los aspectos mencionados en la primera parte: la educación, y específicamente, la educación superior en América Latina. En este contexto, así no queramos dejarnos colonizar, nos colonizamos nosotros mismos repitiendo lo que los colonizadores hacen.
La consigna del sujeto colonizador es que lo otro del sujeto indígena latinoamericano, que se tiene que hacer perder, porque son precisamente otros quienes se imponen y quienes deciden qué se tiene hacer y qué es lo que le conviene o no al sujeto indígena. No se va a encontrar aquella posibilidad en la que un indígena proponga ―y mucho menos que imponga― un modelo educativo propio para su cultura. Esto no va a ser aceptado.
Esta imposición política, educativa, económica y socio-cultural es aceptada por el indígena así sea de manera acordada, resignada o asimilada. En el sistema educativo el indígena queda inmerso, sale de su cultura para “caer” en la cultura impuesta por los colonizadores, en donde encuentra unos contextos políticos, económicos, educativos, sociales diferentes a los suyos.
Los gobiernos trabajan en leyes que incluyen educación para todos, igualdad de derechos. Pero se debe observar cómo esta igualdad de derechos lleva a una estrategia en la cual los indígenas deben acogerse a las leyes pero desde lo que imponen los demás. Y esto no solamente sucede en el caso de comunidades indígenas, sino de la población en general.
[1] Docente, investigador y coordinador, Escuela de Educación, Facultad de Ciencias Sociales, Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano.